lunes, 15 de diciembre de 2008

Tesoros de la Selva

Arqueólogo alemán reinicia valiosos trabajos en Lámud, Amazonas
Klaus está haciendo calistenia para desentrañar universos inexplorados. Para regresar al misterio de aquellos hombres Chachapoyas, que ahora son polvo y huesos, pero cuyo legado es vital para entender los modos y comportamientos de esta cultura prehispánica, cada vez más importante dentro del mosaico de la arqueología peruana. Basta nombrar Kuélap, Karajía, la laguna de los Cóndores y los más de mil sarcófagos distribuidos en su territorio. El propio arqueólogo Klaus Koschmieder ha descubierto 200 nuevos sarcófagos en Lámud y piensa encontrarse unos 300 cuando culmine su labor. Felizmente el INC le ha dado el visto bueno para continuar su trabajo entre abril del 2009 y marzo del 2010. Incluso la TV alemana se ha interesado en sus excavaciones, en gran parte por un artículo publicado en Somos 1137 y piensan venir en julio para hacer un documental.

Klaus no es muy expresivo que digamos, tiene la ductilidad facial de un sarcófago. Es casi imposible sacarle una sonrisa. Sin embargo no es unidimensional, no todo son sesudas hipótesis históricas en su vida: escucha musica metalera, acaba de volver de una travesía por Zambia, le fascina el ping-pong y pescar truchas en ríos y lagunas.

Este año va investigar un área más extensa, aunque menos abrupta que en años anteriores. Va a escudriñar diez sitios arqueológicos y por primera vez en el Perú abrirá un sarcófago para que de luces sobre sus más intimas extrañas. Además examinará chullpas, pinturas rupestres y otras manifestaciones de la cultura Chachapoyas, que, según Klaus, por lo menos en Lámud, fueron los primeros habitantes de esta región hace aproximadamente mil años. Una de las características más inusuales de su alimentación fue el consumo de perros, tal como se estila en el sudeste asiático.

Una de las principales tesis de Jlaus, a diferencia de lo que afirma Kauffmann Doig, es que los Chachapoyas provinieros del oriente -y no de la sierra- a través de los ríos selváticos. Por lo pronto, nos quedamos con el lenguaje multiplicado en tumbas que hablan por sí solas, en ciudadelas que gracias a este alemán están siendo develadas de las legañas del tiempo. (Por Alvaro Rocha).

Fuente: Imagen y texto extraídos de la revista Somos #1149 de El Comercio, del día sábado 13 de dicimebre del 2008.